SALMO 23


El Señor es mi pastor,
eso es relación
 
nada me falta;
eso es suministro
 
en verdes pastos me hace descansar.
Eso es descanso
 
Junto a tranquilas aguas me conduce;
eso es recreo

me infunde nuevas fuerzas.
eso es recuperación

Me guía por sendas de justicia
eso es orientación
 
por amor a su nombre.
eso es propósito
 
Aun si voy por valles tenebrosos,
eso es prueba

no temo peligro alguno
eso es protección
 
porque tú estás a mi lado;
eso es fidelidad

tu vara de pastor me reconforta.
eso es disciplina

Dispones ante mí un banquete
en presencia de mis enemigos.
eso es esperanza
 
Has ungido con perfume mi cabeza;
eso es consagración

has llenado mi copa a rebosar.
eso es abundancia

La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
eso es bendición

y en la casa del Señor
eso es seguridad

habitaré para siempre.
Eso es eternidad





Salmo para gente muy ocupada


El Señor guía mis pasos,
así que no me apresuro.

Él hace que me pare y descanse
para reposar tranquilo.

Él me inspira imágenes de quietud
que restauran mi serenidad.

Él me guía por la senda de la actividad
sin perder la calma.

Él me guía en la paz de su Espíritu.

Aunque tenga muchas cosas cada día,
no me turbo, porque Él está conmigo.
Señor del tiempo, dueño de las horas,
Él me mantiene ecuánime.

Me prepara un almuerzo
y restaura mis fuerzas
en medio de mis quehaceres,
y unge mi mente
con el óleo de la paz.
Mi copa rebosa de energía gozosa.

Esta armonía y esta actividad
son el fruto de mis días,
porque camino en la paz del Señor
y habitaré en su casa para siempre.

Toki Miyashina

el Salmo 23 con un lenguaje más moderno




Salmo 23 - Gracias por este Salmo


¡Nuestro buen Pastor!
Gracias por este salmo que tanta ayuda nos has aportado
en momentos de alegría y de dolor.

Gracias porque tú eres nuestro Pastor y no otro,
porque conocemos tu voz y te seguimos.

Gracias porque tú provees todas nuestras necesidades
y nada nos falta.
Tú satisfaces todas nuesras hambres y aplacas toda nuestra sed.

Gracias porque tú nos restauras a tu propósito primero y por
tu inmenso amor nos conduces por tu camino,
que es camino de integridad.

Gracias porque tú disipas todo temor.
Los valles oscuros no nos asustan:
nos quitas el espanto de la muerte y nos infundes aliento
con la certeza de que estás con nosotros.

Gracias porque tú nos invitas a tu banquete y llenas de
alegría y paz nuestros corazones.
Gracias por tus bendiciones rebosantes.

Gracias por tu infinita paciencia: con tu bien y tu misericordia
nos sigues y guias por tus senderos.

Gracias por la esperanza y seguridad que tú nos das de vivir
por toda la eternidad, en tu santa compañía,
en nuestro hogar celestial.