Profecías del Mesías cumplidas en la Vida de Jesucristo - 2


4. Entrada triunfal en Jerusalén

Profecía Antiguo Testamento
Zacarías 9:9
El rey de Sión
9 ¡Alégrate mucho, hija de Sión!¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.

Cumplimiento Nuevo Testamento
Mateo 21:1-9
La entrada triunfal
1 Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos 2 con este encargo: «Id a la aldea que tenéis enfrente, y ahí mismo encontraréis una burra atada, y un burrito con ella. Desatadlos y traédmelos. 3 Si alguien os cometa algo, decidle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá.» 4 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: 5 «Decid a la hija de Sión:“Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga. 6 Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús. 7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús. 8 Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. 9 Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:—¡Hosanna al Hijo de David!—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!—¡Hosanna en las alturas!

Juan 12:12-16
La entrada triunfal
12 Al día siguiente muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén; 13 tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo, diciendo a voz en grito:—¡Hosanna!—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!—¡Bendito el Rey de Israel! 14 Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura: 15 «No temas, oh hija de Sión; mira, que aquí viene tu rey, montado sobre un burrito.» 16 Al principio, sus discípulos no entendieron lo que sucedía. Sólo después de que Jesús fuera glorificado se dieron cuenta de que se había cumplido en él lo que de él ya estaba escrito.



5. Sería rechazado por su propio pueblo

Profecía Antiguo Testamento
Isaías 53:1,3
1 ¿Quién ha creído nuestro mensajey a quién se le ha revelado el poder del Señor?
Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento.Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos.

Salmo 118:22
La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular.

Cumplimiento Nuevo Testamento
Mateo 26:3-4
Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote, 4 y con artimañas buscaban cómo arrestar a Jesús para matarlo.

Juan 12:37-43
37 A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. 38 Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías:«Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje, y a quién se le ha revelado el poder del Señor?» 39 Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías: 40 «Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane.» 41 Esto lo dijo Isaías porque vio la gloria de Jesús y habló de él. 42 Sin embargo, muchos de ellos, incluso de entre los jefes, creyeron en él, pero no lo confesaban porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Preferían recibir honores de los hombres antes que de parte de Dios.

Hechos 4:1-12
1 Mientras Pedro y Juan hablaban a la gente, se presentaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos. 2 Estaban muy disgustados porque los apóstoles enseñaban a la gente y proclamaban la resurrección, que se había hecho evidente en el caso de Jesús. 3 Prendieron a Pedro y a Juan y, como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. 4 Pero muchos de los que oyeron el mensaje creyeron, y el número de éstos llegaba a unos cinco mil. 5 Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los maestros de la ley. 6 Allí estaban el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y los otros miembros de la familia del sumo sacerdote. 7 Hicieron que Pedro y Juan comparecieran ante ellos y comenzaron a interrogarlos:—¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicisteis esto? 8 Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:—Gobernantes del pueblo y ancianos: 9 Hoy se nos procesa por haber favorecido a un inválido, ¡y se nos pregunta cómo fue sanado! 10 Sabed, pues, todos vosotros y todo el pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de vosotros, sano gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret, crucificado por vosotros pero resucitado por Dios. 11 Jesucristo es “la piedra que desechasteis vosotros los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular 12 De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.


6. Sería traicionado por uno de sus discípulos

Profecía Antiguo Testamento
Salmo 41:9
Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto
la zancadilla.

Cumplimiento Nuevo Testamento
Mateo 26:14-16, 47-50
Judas acuerda traicionar a Jesús
14 Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes. 15 —¿Cuánto me dais si yo os entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata. 16 Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.
Arresto de Jesús
47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que dé un beso, ése es; arrestadlo.» 49 En seguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó.—¡Rabí! —le dijo, y lo besó. 50 —Amigo —le replicó Jesús—, ¿a qué vienes? Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús.

Lucas 22:19-23
También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio y dijo:—Este pan es mi cuerpo, entregado por vosotros; haced esto en memoria de mí. 20 De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo:—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros. 21 Pero sabed que la mano del que va a traicionarme está con la mía, sobre la mesa. 22 A la verdad el Hijo del hombre se irá según está decretado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! 23 Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos haría esto.

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