»No os angustiéis. Confiad en Dios, confiad también en mí.
En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así,
ya os lo habría dicho. Voy a prepararos un lugar.
Y si me voy y os lo preparo, vendré para llevaros conmigo. Así estaréis donde yo esté.
Juan 14:1-3



Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,
los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Romanos 8:28

Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 
Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. 
Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; 
y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. 
El Padre y yo somos uno.
Juan 10:27-30

No estéis tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Nehemías 8:10


Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá;
no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
Salmo 55:22

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan.
Lamentaciones 3:22-25