Urgente





Para ti, que siempre vives la vida a un ritmo vertiginoso,
quiero recordarte que lo más importante que tienes en la vida,
eres tú y todos los que te rodean, y recuerda que...

Urgente,
es una palabra con la que vivimos día a día,
en nuestra agitada vida, y a la cual,
le hemos perdido ya todo significado de premura y prioridad.

Urgente,
es la manera más pobre de vivir en este mundo,
porque sabes, el día que nos vamos,
dejamos pendiente las cosas, que verdaderamente fueron urgentes.

Urgente,
es que hagas un alto en tu ajetreada vida, y te preguntes:
Qué significado tiene todo esto que yo hago?

Urgente,
es que seas más amigo, más humano, más hermano.

Urgente,
es que sepas valorar el tiempo que te pide un niño, una niña.

Urgente,
es que cada mañana, cuando veas salir el sol,
te impregnes de su calor, y le des gracias al Señor, por tan maravilloso regalo.

Urgente,
es que mires a tu familia, a tus hijos, a tu esposa,
y a todos los que te rodean, y valores ese tan maravilloso tesoro.

Urgente,
es que le digas a las personas que quieres, hoy, no mañana,
cuánto los quieres!

Urgente,
es que te sepas hijo de Dios, y te des cuenta que Él te ama
y quiere verte sonreír feliz y lleno de vida.

Urgente,
es que no se te vaya la vida en un soplo y que cuando mires atrás,
seas ya un anciano que no puede echar tiempo atrás, que todo lo hizo urgente ...

... que fue un gran empresario, un gran artista, un gran profesional,
que llenó su agenda de urgencias, citas, proyectos, pero dentro de todo,
lo más importante, se te olvidó VIVIR.

Facundo Cabral





Yo temía


Temía estar solo hasta que...
...aprendí a quererme a mi mismo.

Temía fracasar hasta que…
...me di cuenta que, únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que...
...me di cuenta que, de todos
modos opinarían de mi.

Temía que me rechazaran, hasta que...
...entendí que debía tener fe en mi mismo.

Temía al dolor, hasta que...
...aprendí que éste es necesario
para crecer.

Temía a la verdad, hasta que...
...descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que...
...aprendí que no es el final
sino más bien el comienzo.

Temía al ridículo, hasta que...
...aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que...
...comprendí que ganaba 
sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que....
...comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que...
...vi la belleza de la luz de una estrella.

Temía al cambio, hasta que...
...vi que aún la mariposa más hermosa,
necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

Hagamos que nuestras vidas
en cada día tengan más vida,
y si nos sentimos desfallecer...

.... no olvidemos que al final...
siempre hay algo más...

Vive tu vida sin temor
No temas que al final siempre está Dios, que te ama.

desconozco su autor



¡Que Dios te bendiga!