PARÁBOLAS DE JESÚS


III. Parábolas de Juicio y sobre el  Futuro

A. Sobre la Segunda Venida de Cristo

1. Parábola de las diez jóvenes

»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. Y como el novio tardaba en llegar, a todas les entró sueño y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salid a recibirlo!  Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos un poco de vuestro aceite porque nuestras lámparas se están apagando. “No —respondieron éstas—, porque así no va a haber suficiente ni para nosotras ni para vosotras. Es mejor que vayáis a los que venden aceite, y compréis para vosotras mismas. Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta. Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor! —suplicaban—. ¡  “¡No, no os conozco! »Por tanto —agregó Jesús—, manteneos despiertos porque no sabéis ni el día ni la hora.
Mateo 25:1-13



2. El siervo fiel y prudente

»¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo?  Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber.  Os aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.  Pero ¿qué tal si ese siervo malo se pone a pensar: “Mi señor está tardando y luego comienza a golpear a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos? El día en que el siervo menos lo espere y a la hora menos pensada el señor volverá. Lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los hipócritas. Y habrá llanto y rechinar de dientes.
Mateo 24:45-51





3. El Hombre que sale de Viaje
Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile.  »Por lo tanto, estad despiertos, porque no sabéis cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, se lo digo a todos: ¡Estad despiertos!
Marcos 13:34-37