Reflexiones sobre Versículos Bíblicos



Venid a Mí




Mateo 11:28

Venid a mí todos vosotros que estáis cansados y agobiados,
y yo os daré descanso.


¡Venid!:
La tendencia natural de cada uno es alejarse de Dios.
Por eso, como estamos lejos de Dios, necesitamos ir a él.
Dios nos interpela.
Se dirige a cada uno de nosotros directamente;
nos ama a cada uno en particular y quiere salvarnos.

A mí:
Dios no propone una religión, sino una persona:
Jesucristo,
quien quiere ponerse en contacto con cada uno de nosotros.

Todos:
Jesús no rechaza a nadie,
sino que ofrece su salvación sin distinción de raza, edad o condición.

Los que estáis cansados:
¿Está usted cansado de la maldad del mundo que lo rodea?
O, a lo mejor,
¿Está harto de sí mismo y del mal que descubre en su propio corazón?

Y agobiados:
Todos tenemos preocupaciones.
Si es difícil encontrar a alguien que nos comprenda,
es mucho más difícil aún encontrar a alguien que
nos ayude a sobrellevar nuestras penas.

Y yo os daré:
Quizás usted tenga la imagen de Dios como un dios exigente.
Pero Jesús da sin pedir nada a cambio.
La salvación que ofrece le costó tanto que nadie podría pagarla.
Le costó su muerte en la cruz.

Descanso:
En medio de nuestra vida, a menudo tan ajetreada, necesitamos descanso.
Recibimos descanso de la conciencia cuando sabemos que
nuestros pecados han sido perdonados,
pero también descanso del corazón cuando gustamos el amor de Jesús.


“En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación”
(Salmo 62:1).

amen-amen.net





Los ritmos de la gracia

   
Mateo 11:25-30
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí […];
y hallaréis descanso para vuestras almas (v. 29).

Un amigo mío y su esposa, con poco más de 90 años de edad y 60 de casados,
escribieron su historia familiar para dejar como legado.
El último capítulo contiene importantes lecciones de vida.
Una de ellas me hizo detenerme y examinarme:
«Si descubres que el cristianismo te agota y te quita la energía,
estás practicando una religión en lugar de disfrutar de una relación con Jesucristo.
Caminar con el Señor no cansa; te vivifica y restaura tus fuerzas»
(Mateo 11:28-29).

La paráfrasis de Eugene Peterson de este pasaje comienza así:
«¿Están cansados? ¿Agotados? ¿La religión los ha consumido? […].
Caminen conmigo y trabajen conmigo […].
Aprendan los ritmos naturales y fluidos de la gracia»
(The Message, traducción libre).

Cuando pienso que servir a Dios depende de mí,
empiezo a trabajar para Él en lugar de caminar con Él.
Hay una diferencia fundamental.
Si no camino con Cristo, mi espíritu se vuelve seco y frágil.
Las personas se transforman en molestias, en lugar de
seres creados a imagen de Dios. Nada parece estar bien.

Cuando percibo que estoy practicando la religión en lugar de disfrutar de una relación con Jesús,
es hora de dejar la carga y caminar con Él, en estos «ritmos naturales y fluidos de la gracia».

Señor, hoy quiero cambiar mis esfuerzos frenéticos por tu camino de gracia.

Jesús quiere que caminemos junto a Él.

David C. McCasland



ver también:
Versículos de la Biblia
cuentos




De tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16

El amor de Dios


Martín Lutero consideraba este versículo de Juan 3:16 como el resumen de todo el Evangelio.

Dios: el Ser más grande
de tal manera amó: el mayor amor
al mundo: todos los hombres, el mayor número
que ha dado: el mayor acto de bondad
a su Hijo unigénito: el mayor regalo
para que todo aquel: la propuesta más extensa
en él cree: la mayor simplicidad
no se pierda: la promesa más solemne
mas: la mayor diferencia
tenga: la mayor seguridad
vida eterna: la mayor felicidad.

Dios mostró su amor al enviar a su Hijo Jesucristo para salvarnos.
Su amor satisface nuestra mayor necesidad,
la cual es tan grande que no se puede comparar a ninguna otra.

Si queremos tener esta prueba del amor de Dios por nosotros,
debemos mirar a la cruz, pues fue allí donde Dios dio a su Hijo
en sacrificio por nuestros pecados.
La cruz es la prueba absoluta del amor de Dios por nosotros.

Para el cristiano, la cruz es la prueba de su salvación y de su eterna felicidad.
Puede apropiarse las palabras del apóstol Pablo:
“El Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
 (Gálatas 2:20)


El (Dios) que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros.
Romanos 8:32

¡Gracias a Dios por su don inefable!
2ª Corintios 9:15